miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA - Stieg Larsson

Fiel a mi compromiso, aquí va el comentario de la segunda novela de la trilogía Millennium, y sí, es aún mejor que la primera.  Si creíamos que Lisbeth Salander ya había pasado lo peor nos habíamos equivocado de lleno.  Que al final saliera "bien parada" en el primer libro no nos prepara para lo que le espera en éste.  En el prólogo ya nos hace el autor una presentación de la historia que nos va a poner los pelos de punta.  Parece estar siempre en el punto de mira de lo peorcito que se mueve por el mundo.  Aún así y siendo consecuente con su estilo, va por ahí haciendo buenas obras casi sin proponérselo y manteniendo como siempre ese estilo inconfundible de frialdad y alejamiento que para los lectores ya no resulta tan definitivo.
En éste libro además se hace una crítica directa a la manipulación que las fuerzas de orden público, los gobiernos y los medios de comunicación, pueden llegar a hacer para conseguir sus objetivos.  Miedo da pensar cuantas personas habrán tenido que sufrir las consecuencias de semejante comportamiento.  Y no, no vale pensar que "eso" sólo ocurre por ahí fuera.  Las injusticias sean del tipo que sean se pueden encontrar en cualquier sitio.  Una vez más la historia de Stieg Larsson está llena de datos reales y de situaciones que por desgracia todos sabemos que son ciertas, aunque en este caso puedan ser ficticias.  Y por supuesto esa es una de las mayores fuerzas de este escritor del que por desgracia no vamos a poder disfrutar más que un libro más.

Stieg Larsson, creció en el campo, en el pequeño municipio de Norsjö, unos 100 Km al norte de Umea. (Norsjö aparece en uno de los capítulos de "Los hombres que no amaban a las mujeres").  Vivió con sus abuelos hasta la muerte de su abuelo en 1962, cuando tenía ocho años,  y entonces volvió a Umea.  Desde adolescente aporreaba una máquina de escribir que le regalaron a los 12 años.  Escribía durante noches enteras.  No dejaba dormir a nadie y lo mandaron al garaje.  A los 14 años, estando de camping, Stieg fue testigo de la violación de una chica por parte de sus amigos.  Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no haberlo evitado, pero ella le rechazó.  Siempre se sitió culpable.  Le marcó y quizás por eso siempre fué una feminista convencido.

1 comentario:

  1. En esta segunda entrega las vidas de nuestros dos protagonistas parecen haberse separado para siempre. Mientras tanto una niña atada a una camilla sueña con una cerilla y un bidón de gasolina para que el fuego termine con todo.
    Es en esta novela donde conoceremos porqué Lisbeth Salander ha llegado a ser lo que es.
    El ritmo de la acción va creciendo página a página. Los nuevos personajes son impactantes, brutales.Los malos son malos malísimos y la buena buenísima sigue siendo nuestra Lisbeht empeñada en solucionar todos los problemas y por supuesto y ante todo conseguir la venganza que llava esperando toda su vida.
    Aunque para ello tendrá que luchar contra viento y marea y.....el poder del estado.
    Se sigue palapando en la obra de Larsson el compromiso social y la defensa de los marginados.
    No se me ocurre mejor segunda parte. Si algo le faltaba al primer libro, sin duda lo encontraremos en éste.

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