sábado, 29 de mayo de 2010

¿QUÉ APRENDEMOS CON LAS NOVELAS?

Los detractores de las personas que leen mayoritariamente novelas, suelen argumentar que en principio son una forma de entretenimiento, sin ningún fondo cultural, sobre todo si se trata de novelas de ficción: ciencia ficción, policiacas, novela negra, fantasía, romántica,  incluso la novela histórica,etc...,  Parecería que sólo nos aportan una historia que nos gusta, porque nos hace reir, llorar o soñar.  Quizás la novela histórica sea la que quitando la parte que es sólo imaginación del autor, nos proporciona datos históricos que nos ayudan a aumentar nuestros conocimientos, a comprender mejor periodos de nuestra historia que hasta ese momento nos eran desconocidos o a disfrutar de la historia que en el colegio se nos atragantaba, pero que contada desde las historias personales de los protagonistas de la novela se nos hace no solo llevadera sino también muy interesante y seguramente quedará en nuestra memoria si no para siempre si al menos durante mucho tiempoA veces,  los autores de la novela histórica  se permitan muchas licencias que se alejan mucho de la realidad de la historia, pero también es verdad que en muchos casos nos aportan datos reales.
En cuanto al resto de las que nombre antes, no estoy de acuerdo en que sean sólo un entretenimiento sin utilidad más allá que el disfrute de la historia en sí.  Pongo por ejemplo: en mi adolescencia era una lectora obsesionada por la novela romántica, sobre todo Barbara Cartland, y gracias a sus novelas para románticas empedernidas, aprendí mucho más que en el colegio sobre la revolución francesa, la época Victoriana y de la existencia de poetas ingleses y franceses que se nombraban junto a sus obras en estas "novelillas".  En las novelas de ciencia ficción y fantasía me he encontrado a menudo con la descripción de maquinas, descubrimientos, procedimientos, etc.., que en ese momento me parecían increibles y parecían increibles a los contemporáneos de otras épocas, pero  que a la larga se han hecho realidad y no hay mejor ejemplo que Julio Verne y su  deslumbrante imaginación.  Del resto de los subgéneros dentro de la novela se puede decir lo mismo, así que intentemos ser menos puristas y disfrutemos de la lectura... de cualquier lectura.

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