miércoles, 23 de junio de 2010

LA HIJA DE ROBERT POSTE - Stella Gibbons

Flora Poste acaba de perder a sus padres y la pensión que le queda no le permite vivir si no se decide a trabajar.  Flora que es una chica de recursos decide que es mejor ir a vivir con algún familiar como es la moda en esos momentos, es decir pariente pobre que va a depender de sus familiares a cambio de ofrecerles su pensión.  Después de valorar las distintas opciones que tiene se dice por Sussex, a la Granja de una hermana de su madre a la que no llegó nunca a conocer, aunque todas sus amistades se lo desanconsejan de todas las maneras posibles.
La historia es un ejemplo perfecto del tópico de la flema inglesa a la hora de vivir la vida.  Flora consigue "arreglar" la vida de sus parientes en un tiempo record y todo con el consentimiento de ellos que ven un futuro mejor gracias a sus llegada y su forma de ver las cosas.
Es una novela irónica y muy divertida sobre las costumbres de la primera mitad del s. XIX en Inglaterra.

Stella Gibbons, (Londres, 5 de enero de 1902 - 19 de diciembre de 1989) fue una novelista, periodista, poeta, y escritora de cuentos inglesa. Con su primera novela, "La hija de Robert Poste", ganó el Prix Femina-Vie Hereuse en 1933, una parodia sobre el pesimismo rural de Thomas Hardy. Esa fue además la obra que le dio fama durante toda su vida y que aun hoy se sigue reeditando.
Stella Gibbons trabajó para la British United Press desde 1924 después de un año sin trabajar tras finalizar sus estudios de periodismo. Su segunda novela fué "Basset". En 1930 Gibbons publicó "The Mountain Beast", una colección de poesía que dedicó a su madre.

3 comentarios:

  1. ¡Menudo personaje nuestra Flora Poste! Tiene diecinueva añitos, se ha criado entre deportes, elegantes salones, una auténtica pasión por las modas y el buen gusto, y la firme convicción de no trabajar en su vida (hasta los cincuenta y tres años, edad en la que le gustaría escribir una moderna y buenísima novela que la convierta en una autora de renombre y poder vivir del cuento). Lo que se dice una auténtica supermegaextrapija, vaya.
    Flora irrumpe en la granja Cold Comford (“flaco consuelo”) como un elefante en una cacharrería. Cargada de buenas intenciones y una sobredosis de autosuficiencia se afanará en arreglar la vida de sus rudos parientes, los Starkader (“mala víbora”) e intentará infundarles una buena ración de urbanismo y modernidad. Para ello se servirá de un libro de cabecera que siempre la acompaña, una especie de vademécum de directrices éticas titulado El sentido común de índole superior.
    Una brillante y estrambótica gama de secundarios acompañan a la protagonista en esta constante mofa de las costumbres y corrientes literarias de la época: la tía Ada, huraña matriarca obsesionada con el recuerdo de que una vez “vio algo sucio en la leñera”, el apuesto Seth exudando feromonas y sensualidad por cada poro, Amos despotricando a diestro y siniestro con sus macabros sermones religiosos, la sirviente de la casa que cada año, invariablemente, queda embarazada al llegar la floración de la parravirgen, el viejo Adam, encargado de los animales, que prefiere colgarse del cuello el estropajo que le compran para fregar los cacharros antes que ensuciarlo con los restos de comida, y el escritor de nombre Mybug (“mi parásito”) que asegura que Cumbres Borrascosas la escribió el hermano de Emily Brontë porque una obra tan buena no puede ser escrita por ninguna mujer.Nadie se libra de la burla de la autora, ni siquiera la propia Flora Poste, en esta divertida, tierna y deliciosa parodia.

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  2. Flora Poste es tremenda, se mete en las vidas ajenas y las pone del revés en cuestión de días, y lo más sorprendente es que todo le sale bien. Arregla las vidas ajenas y deja a todos contentos, y sin casi proponerselo, en los últimos párrafos del libro termina arreglando también la suya. Flora es una niña bien con una única ambición, ser mantenida por su familia a la que ni tan siquiera conoce. Y para ello se marcha a una granja en aldea perdida y conoce a los miembros que conforman esa familia, un grupo de personajes (a cada cual más extraño) pero a los que ella consigue mejorar sus condiciones de vida. Incluso a la tía Ada, la más extraña de todos, que esconde viejos secretos que quedan sin revelar al final de la novela.
    Una novela muy divertida y rápida de leer, que consigue dar una imagen de la sociedad británica del siglo XIX, sin dejar que se nos borre la sonrisa de los labios en ningún momento.

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  3. Flora Poste es mi heroína, con diecinueve años lo tiene todo muy claro. Con gran sentido común y una voluntad de hierro adapta el entorno que escoge para vivir, la granja de sus parientes, un horror, a un estilo de vida civilizada. Admirable la tranquilidad con que acepta el reto y de que manera se pone manos a la obra, no la detienen las contrariedades y sus planes se desenvuelven a las mil maravillas. Rápidamente descubre los deseos secretos de cada uno de los habitantes de la granja y procura (y consigue) hacerlos realidad.
    Un libro muy divertido, con juegos de palabras en los nombres de la granja, de los parientes, del profesor, etc. (el comentario de Sales los reseña con su traducción), el empeño de llamarla siempre “hija de Robert Poste” en una parodia de los libros románticos decimonónicos con esas tragedias ocultas que no se pueden confesar.
    Un libro bien escrito, inteligente y muy divertido.

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