Disfrutamos de los libros leyéndolos, coleccionándolos, poseyéndolos como un tesoro sólo nuestro. Hay distintos tipos de lectores: los que sólo están interesados en lo que contienen y el continente no les importa, los que se esmeran a la hora de buscar la edición, los que intentan cuadrar los tamaños, colores, editoriales en su librería, los que son incapaces de deshacerse de ellos (algo muy común entre casi todos los lectores), los que prestan deseando que vuelva a casa, etc... y además en los libros, dentro de los coleccionistas a veces se puede encontrar al último sibarita de los libros, el que huele sus páginas.
Me encantaría decir que me encuentro en éste último grupo, pero, o por que los libros actualmente no huelen o por que no entiendo tanto de libros como me gustaría, la verdad es que no encuentro un olor especial en las páginas de los libros que me recuerde nada. A veces cuando cae en mis manos algún libro antiguo, y con antiguo quiero decir con más de cien años, noto un olor, fuerte, penetrante.... a humedad. No me desagrada, es un libro y su antiguedad ya hace que sea un bien deseable, pero no tengo la sensación de que ese olor me haga recordar nada importante ni impactante de mi vida, como a veces les ocurre a algunos personajes de novela. Esos personajes que rememoran normalmente ese momento feliz que se les ha quedado grabado y que siempre recordarán al oler esas páginas con una sonrisa feliz en sus caras.
¿A vosotros os recuerda algo el olor de los libros? Primero y principal, ¿Distinguís el olor de unos libros a otros?