
En cuanto al resto de las que nombre antes, no estoy de acuerdo en que sean sólo un entretenimiento sin utilidad más allá que el disfrute de la historia en sí. Pongo por ejemplo: en mi adolescencia era una lectora obsesionada por la novela romántica, sobre todo Barbara Cartland, y gracias a sus novelas para románticas empedernidas, aprendí mucho más que en el colegio sobre la revolución francesa, la época Victoriana y de la existencia de poetas ingleses y franceses que se nombraban junto a sus obras en estas "novelillas". En las novelas de ciencia ficción y fantasía me he encontrado a menudo con la descripción de maquinas, descubrimientos, procedimientos, etc.., que en ese momento me parecían increibles y parecían increibles a los contemporáneos de otras épocas, pero que a la larga se han hecho realidad y no hay mejor ejemplo que Julio Verne y su deslumbrante imaginación. Del resto de los subgéneros dentro de la novela se puede decir lo mismo, así que intentemos ser menos puristas y disfrutemos de la lectura... de cualquier lectura.