miércoles, 4 de julio de 2012

¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? de PHILLIP K. DICK

Aqui tenemos el mundo futurista de Blade Runner, pero el original, el del libro en el que se inspiró una película que aún hoy en día es un referente de la Ciencia Ficción.
Como suele pasar, la novela original no es exactamente como en el libro y en este caso y sin que sirva de precedente aunque me ha parecido un buen libro, creo que la película es mucho mejor.
La historia:  Un mundo en el que nadie sabe quien empezó, como termino o quien ganó la guerra.  Donde la humanidad (casi toda ella) se ha trasladado a otros planetas y donde los androides: seres fabricados a imagen y semejanza de hombres y mujeres se dedican a hacer los trabajos más pesados y desagradables. 
¿Quien queda en esta tierra contaminada? Sólo aquellos que por distintas razones no pueden emigrar.  Por defectos físicos en su mayoría y unos pocos que prefieren seguir sobre la tierra.
En este mundo hay una patrulla policial que se dedica a "retirar" a los androides, en este caso los Nexus 6 una nueva generación de andrillos, lo más avanzado y perfecto.  Para ello deben utilizar un test que estudia las reacciones ante la narración de situaciones diarias para ver la respuesta inmediata de los sospechosos de ser no humanos.
Rick Deckard es el cazador y protagonista de esta historia, en un mundo donde todos están obsesionados con tener un animal vivo y donde una máquina decide tu estado de ánimo durante todas las horas del día, Deckard sueña con tener un animal vivo y no la oveja eléctrica que tiene en el terrado de su vivienda.
La historia lo primero que te transmite es una sensación absoluta de claustrofóbia, de irrealidad y desesperación.  Es un mundo gris, de personas grises y vidas grises.... una posibilidad bastante deprimenteSon un grupo de personas que sólo pueden esperar la muerte, un mundo donde el futuro no es tan importante y donde las cosas más absurdas mantienen ocupados a los pocos que quieren seguir viviendo allí o no pueden vivir en otro sitio.
La película aunque en un principio parece que sigue el argumento del libro, se va desviando poco a poco e incluso cambia las circunstancias personales y características de muchos de los personajes, para mejor, todo hay que decirlo.
Y mientras no hay momentos memorables en la novela, la película tiene un último momento magnífico en la que creo que ha debido ser la mejor interpretación del actor Rutger Hauer.  Su escena final cuando dice: "Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".
Esta claro que el director consiguió convertir un libro bueno en una película magnífica.

Philip Kendred Dick nació prematuramente junto a su hermana gemela Jane, el 2 de Marzo de 1928, en Chicago. Jane murió trágicamente pocas semanas después. La influencia de la muerte de Jane fue una parte dominante de su vida y obra. Sus padres se divorciaron en 1932 y Dick se quedó con su madre. De muy joven comenzó a leer y escribir ciencia ficción y en su adolescencia publicó regularmente historias cortas en el Club de Autores Jóvenes, una columna del Berkeley Gazette. Durante estos años su salud no fue buena, sufría frecuentes ataques de asma y periodos de agorafobia (fobia a los espacios abiertos, que también Asimov padeció, aunque en menor medida). A los 18 años, dejó a su madre y se fue a vivir solo. Entre tanto, continuó en contacto con la comunidad intelectual de Berkeley mientras trabajaba como dependiente. El mismo Dick contó que llegó a sufrir inexplicables desmayos en su lugar de trabajo. En 1948, con solo veinte años, Dick contrajo el que fue el primero de un total de cinco matrimonios. Durante la década de los 50, escribió varias novelas de ciencia-ficción. Su primer éxito fue la novela Lotería solar (1955), y más tarde El hombre en el castillo (1975). A pesar de la paranoia y la animosidad hacia su tercera esposa, en la época de ese matrimonio, Dick inició una de sus más prolíficas y brillantes épocas como escritor. Obras como El hombre en el castillo, Tiempo de Marte, y Los tres estigmas de Palmer Eldricht, fueron escritas durante aquel periodo. Retirado en una cabaña para alejarse de sus conflictos domésticos, Dick escribió la casi increíble cifra de once novelas entre 1963 y 1964. Su adicción a las drogas le produjo, entre otros problemas, el cuarto divorcio. Después de una tentativa de suicidio y una corta estancia en un centro de rehabilitación, Dick volvió a reencontrarse a si mismo. Su literatura parece en ocasiones escrita por un paranoico y sus angustiosos entornos, como en Ubik y en Fluyan mis lágrimas. Una de las mayores virtudes de Dick es que produjo ciencia ficción seria y, sobre todo asequible, para el gran público. Fue un escritor consistente y brillante, y de los más originales del género. Curiosamente, es un autor mucho más apreciado en Europa que en los propios Estados Unidos, habiendo países, donde es el escritor de ciencia-ficción por excelencia, en detrimento de otros ilustres como Asimov, Clarke o Bradbury. En cualquier caso Dick es un autor controvertido, siendo sorprendente para algunos críticos que, habiéndose especializado en la irracionalidad, en el seno de una literatura tan básicamente apartada de ella como es la ciencia-ficción, haya tenido un reconocimiento tan profundo. Philip. K. Dick murió en 1982, de un fallo cardiaco, a la edad de 53 años, dejando un libro inacabado y, sin duda, muchas ideas sin desarrollar.

2 comentarios:

  1. He visto la película más de una vez, pero nunca he tenido la tentación de asomarme a la novela que la inspiró. Quizás me anime, creo que vale la pena. Es, sin duda, un clásico de la ciencia ficción y los clásicos siempre están vigentes.

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  2. Me encantó la película. El libro no lo he leído. Lo tendré en cuenta.

    Besotes

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