La coincidencia de dos nombres no hacen que dos personas sean iguales, ni siquiera que sean parecidos a sus padres, ni sean responsables de sus pecados.
Por circunstancias imprevistas dos hombres con un mismo nombre: Allan Armadale se hacen íntimos amigos.
La diferencia entre ellos que uno se encuentra a gusto en su pellejo y el otro en cambio no sólo huye de su nombre, sino que también lo cambia para que nadie lo pueda relacionar con el pasado de su familia.
Una amistad que parece siempre encontrarse en el filo de la navaja se ve favorecida por las buenas intenciones de los dos Armadale y por la ayuda muchas veces de la providencia.
La parte negativa de esta novela por desgracia aparece siempre aquí de la mano de alguna fémina, aunque es algo entendible teniendo en cuenta que se escribió en 1866 y ya sabemos todos los tópicos cerrunos de la época con respecto a las mujeres.
Lo mejor de este libro es que todas y cada una de sus páginas vale la pena, nada es gratuito y todo es entendible en el conjunto de la historia.
Igualmente reseñable de esta historia es que durante toda el relato parece que ves llegar el final, un final que te parece inevitable y cuyas señales te acompañan página tras página, pero que al final da un giro importante donde se consigue un final que si bien no será a gusto de todo el público es más que aceptable y sobre todo sorprendente, algo de agradecer en literatura.
William Wilkie Collins (Londres, 1824-1889)(
fue un novelista, dramaturgo y autor de relatos cortos inglés. Fue muy
popular en su tiempo, dejando escritas 27 novelas, más de 60 relatos
cortos, al menos 14 obras de teatro y más de 100 obras de no ficción.
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