Hay muchísimos libros que tienen su momento y que leerlos ahora puede resultar pesado e incomprensible si no nos encontramos en el contexto y en el período histórico en que se escribieron; otros en cambio pase el tiempo que pase siempre son actuales y siguen gustando generación tras generación. El mejor ejemplo en este momento puede ser Julio Verne, aunque lógicamente existen muchos otros. Mi hijo consiguió en la Feria del Libro de su colegio una edición de "Viaje al centro de la tierra". Cuando le dije en que año lo escribió Julio Verne y le hablé de otros libros que había escrito el mismo autor, le pareció increible. No podía creerse que una historia con tantos años le estuviera gustando tanto, y que no fuera pesada y aburrida. Y cuando le comenté que muchas de las cosas que escribía en sus libros, no eran más que fantasías en su tiempo y que después se han realizado, le pareció aún más sorprendente. A veces miramos con recelo a los "Clásicos" y nos olvidamos de novelas inolvidables como éstas o las de Robert Louis Stevenson (Robinson Crusoe), Jack London (Colmillo Blanco), Mark Twain (Las aventuras de Tom Sawyer), y tantos otros que todavía son para los niños de hoy.
Totalmente de acuerdo. ¡Cuánto me gustaría transmitir el entusiasmo del descubrimiento de los autores que has reseñado a los niños de ahora! Con Julio Verne viajamos por todo el mundo en ochenta días, recorrimos los Andes, llevamos el correo del Zar, vagamos por el espacio en un trozo de la Tierra desprendido en un choque colosal, en un demencial Nautilius hicimos 20.000 leguas de viaje submarino, andando llegamos al centro de la Tierra y en una precursora bala/cohete volamos hasta la Luna y todo esto contado de una manera amena, con personajes atractivos que corrían aventuras que te enganchaban. Había muchas descripciones y datos entremezclados con fantasiosas aventuras, con héroes y villanos.
ResponderEliminarAdemás de los citados está el gran Alejandro Dumas con sus mosqueteros y su conde de Montecristo, grande de la aventura folletinesca.
La Isla del Tesoro, El último mohicano, Sandokan, Pimpinela Escarlata, etc., títulos que nos abrieron las puertas a mundos lejanos y nos hicieron vivir aventuras tan alejadas de nuestra vida cotidiana como la tierra de la luna.
Quizás a estas alturas el lenguaje puede resultar inusual para los niños aunque muy conveniente para su educación, para ampliar su léxico en estos tiempos tan lamentable. Quizás tengan un poso detestable de racismo y colonialismo paternal que ahora vemos, pero ¡qué bien nos lo pasamos y cuánto aprendimos con ellos!
Me he leido El viaje al centro de la tierra, de Julio Verne.
ResponderEliminarMe a parecido un libro aconsejable aunque un poco lento para mi gusto.