LIBROS QUE TE DIRIGEN A OTROS LIBROS

Hemos hablando algunas veces de la cantidad de cosas que nos aporta la lectura, los libros. Todos los libros nos enseñan algo. 

Algunos son solo una historia bonita, otras un texto bien documentado que nos informa de una época histórica determinada o de la vida de un personaje interesante y otros muchos, por suerte nos ayudan a conocer mejor al autor/a y a su época.  

Nos dan la oportunidad de conocer el momento en que se escribió la historia, sus gustos literarios....

Estos últimos me gustan básicamente por todo lo que me dan y cuando en algún libro que me parece especialmente interesante y se hace referencia a un título o un autor corro a apuntarlo para leerlo lo antes posible.

Así gracias a Jane Austen y su La Abadía de Northanger, llegué a conocer a Ann Radcliffe y su Los misterios de Udolfo.  Aclaro que La Abadía de Northanger es sin lugar a dudas el libro que menos me gustó de la autora y que Los misterios de Udolfo fue una absoluta decepción, pero si me ayudaron a entender la parodia que había escrito Austen sobre la obra de Radcliffe.  Aunque personalmente Los misterios de Udolfo ya me pareció una parodia.

Hay otros en cambio gracias a los cuales he redescubierto a autores que leía mucho hace años y que gracias a un nuevo libro he releído como me pasó con Por no mencionar al perro de Connie Willis en el que a parte de a otros autores se refirió a Woodhouse y su divertido Jeeves que me hizo pasar tan buenos ratos.  De nuevo por la misma autora y el mismo libro he descubierto a Jerome K. Jerome, un autor totalmente desconocido para mí y en quien se basó Connie Willis para poner el título de su libro haciendo referencia a una obra del autor: Tres hombres en una barca con un subtítulo: Por no mencionar al perro.  Aún no he leído este libro pero ya lo tengo pendiente para una próxima lectura.

Margaret Drabble y La piedra de moler me recordó a todos esos poetas que tengo pendientes y que significaron y significan mucho.  No soy lectora de poesía, pero de vez en cuando pruebo a leer algo del género.

Y libros tan poco complicados y tan divertidos como Weird things customers say in bookshops, no solo me han hecho reir a carcajadas, sino que en medio de las anécdotas divertidas me recordaron y dirigieron después de mucho tiempo hacia 1984 de Orwell, que obligatoriamente quiero releer, a Dickens, George Eliot o Woolf, aunque no creo que nunca consiga superar mis problemas con esta última autora.

La lista como suele pasar con este tipo de cosas sería infinita, pero he querido escribir el post al menos con las últimas lecturas que me han aportado nuevos títulos y recordado autores que hacía siglos que no tocaba.