sábado, 2 de abril de 2011

TEMA : LA INQUISICIÓN

Hace un par de fines de semana visité el palacio de San Jorge.  Está abierto desde que terminaron el mercado de Triana, pero ni siquiera se me había ocurrido que pudiera ser visitable.
Aunque no toda la exposición vale la pena, la sala sensorial  me pareció bastante extraña  y nada clara, en general es interesante, sobre todo el Teatro Multimedia con una historia inventada de una víctima de la Inquisición (Marcela) y la Galería de personajes, en este caso reales que sufrieron persecución.
Y eso me hizo recordar la gran cantidad de literatura que hay sobre este tema.  Literatura que en la mayoría de los casos retrara a la inquisición con mucha más crudeza que la exposición del Castillo de San Jorge, algo completamente normal dado que es para todo el público.  
Pero, si hay un punto en el que puedo comparar lo que siempre me ha parecido esta época determinada de nuestra historia, y que también se ve reflejada sobre todo en la historia de Marcela: INDEFENSIÓN.
No se si nuestros antepasados tenían esa misma impresión o si por el contrario pensaban que vivían en un mundo relativamente justo, como yo pienso actualmente del que se puede vivir en España, en el que me siento de alguna forma protegida por el orden en el que vivimos, aunque todo sea mejorable, o si por el contrario se sentían permanentemente amenazados por la envidia y la codicia.
En la literatura, como he comentado antes, esta segunda opción es la que viven los protagonistas de éstas terribles historias, pero curiosamente y aunque muchas de ellas están basadas en hechos reales a casi nadie se le ocurría huir y es la parte desesperante de estas historias.  Sigues con ellos su historia, comprendes al mismo tiempo que los personajes que van a ir a buscarlos y eres consciente de que no van a conseguir justicia y aún así permanecen, y esperan, pero esperan ¿Qué?.
Este es otro de los temas de la literatura junto con los horrores nazis que más me desagrada y que intento por todos los medios evitar, aunque muchas veces llegan a mis manos junto con una buena historia y los leo, aún a sabiendas de que gran parte de lo leido me va a dejar mal sabor de boca.
Para leer sobre cosas terribles, prefiero diez mil veces temas fantásticos, como hombres lobo o vampiros, que sé. que salen de la magnífica imaginación de alguien que es capaz de crear esos escenarios que aunque sangrientos no son reales y se pueden disfrutar sin que se te ponga la carne de gallina.

1 comentario:

  1. Es muy interesante el punto de vista que ofreces, el de la indefensión. Los procesos penales que se han seguido hasta hace bien poco no ofrecían ninguna garantía. Si eras pobre dáte por condenado, si eras rico tu familia podía ejercer alguna influencia sobre los jueces, de hecho la ejercían. En el peor de los casos la manera de morir era más "piadosa" para los nobles que para los plebeyos. La Inquisición era el brazo armado de Dios, los dominicos eran "los perros de Dios" su justicia era la de Dios, para unas personas sometidas desde la cuna al poder de los nobles y de la iglesia era imposible rebelarse y por supuesto nadie en su sano juicio los defendía, podían acabar en el mismo cadalso. A mi tampoco me gustan esas historias aunque es bueno conocerlas pues te hacen valorar el estado de derecho en el que, con sus fallos, vivimos, por lo menos en el primer mundo porque si miramos, por ejemplo a Irán, vemos que la Edad Media todavía existe en muchos países

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