Juan III de Portugal regala al archiduque Maximiliano II de Austria un elefante con motivo de su boda. Estamos en el s. XVI. El elefante recorre por tierra, por mar, atravesando pasos nevados y por rios, las tierras de Portugal, España e Italia antes de llegar a Viena. En la historia se conocen a muchos personajes como el cornaca del elefante, que no es más que su guía y cuidador, a los soldados portugueses y austriacos que lo acompañan en distintas fases del camino y a curas, aldeanos, etc.. Es una historia bonita aunque no me ha gustado la forma en que ha plasmado las palabras este autor. No hay apenas puntos, ni puntos y comas, los dialogos y las narraciones se confunden sin ningún tipo de separación y los párrafos se hacen interminables. Quitando ese problema no deja de resultar interesante.
José de Sousa Saramago (Azinhaga, Portugal, 16 de noviembre de 1922) es un escritor, periodista y dramaturgo. En 1998 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.
Su primera novela: Terra de pecado, se publicó en 1947 pero no tuvo éxito. Ese año nació su primera hija, Violante. Saramago escribió una segunda novela, Claraboya, pero directamente nunca fue publicada. Por espacio de veinte años no se volvió a dedicar a la literatura. «Sencillamente no tenía algo que decir y cuando no se tiene algo que decir lo mejor es callar». Desde 1976 se dedicó exclusivamente a la literatura.
Realmente cuesta acostumbrarse a la puntuación un tanto especial del relato, que no respeta mayúsculas ni las formas convencionales de señalar los diálogos y las pausas. Una vez superado este pequeño inconveniente y una vez asimilado el tono lírico de la prosa renacentista con que está escrita, la lectura de la historia se convierte en una gozada, aunando ternura (algo no muy frecuente en Saramago) con una incisiva mirada sobre la naturaleza humana y un agudísimo e irónico sentido del humor casi casi malvado.
ResponderEliminarEl bueno de Salomón es inocente espectador de toda una comitiva convertida en comedia humana: los reyes portugueses, muy católicos ellos, que en un momento de tedio deciden regalarlo; los capitanes al mando de la misión que ven en el elefante un billete de ida hacia la gloria militar; el clero que se empeña en milagrear a su costa.
Una vez más Saramago expone en esta obra su crítica visión sobre poder, patria y religión. Y una vez más son los personajes más humildes los que nos dan lecciones de moralidad y sensatez.