Cale es un muchacho, casí un niño. Desde que recuerda, su vida ha estado unida al Santuario de los Redentores. ¿Su hogar?. Más bien un centro de entrenamiento donde un número cada vez mayor de niños son adiestrados de la mañana a la noche para que cumplan con un objetivo: luchar contra los antagonistas un grupo con el que los redentores se encuentran en guerra desde tiempos inmemoriales y que son no sólo unos herejes sino los mayores herejes del mundo.
Cale lleva años preparando su huída del Santuario, lo tiene todo preparado, pero aún tiene que esperar. Nunca ha salido del Santuario, pero cuando cumpla veinte años lo trasladarán para que luche con los antagonístas y entonces será el momento. Desgraciadamente y sin proponérselo abre una puerte en el peor momento posible y descubre algo que le puede costar la vida. En ese mismo momento decide huir.
Nos hallamos con un libro del género fantástico, aunque no se encuentre dentro del tipo de novela al que podemos estar acostumbrados cuando se habla de fantasía. Aquí no vamos seguir las aventuras de magos, elfos ni enanos. No hay criaturas terribles ni fantásticas, pero si guerreros, algo prácticamente indispensable dentro de este tipo de novela.
Cale, el protagonista, no es exactamente un héroe, es demasiado oscuro e imprevisible para ser uno. Es un personaje interesante con un pasado lleno de incógnitas y secretos por descubrir y un sexto sentido para saber como actuar y que decir en cada momento.
Toda su vida se ve rodeada de un misterio que se nos irá revelando durante la lectura y que sólo al final nos hará comprender cuál es su papel en el mundo, quien lo descubrió y porque es tan importante para los redentores, sobre todo para uno de ellos.
La lealtad no es una de sus virtudes, pero tiene un código propio que le lleva a hacer lo que debe en cada momento, aunque después no sienta ningún tipo de satisfacción por ello.
Lo que más caracteriza a Cale es la frialdad con la que acomete cualquier empresa, aunque siempre hay un momento en que se puede descubrir que también tiene debilidades.
Una primera entrega interesante, de lectura rápida y que aún teniendo un final, lo deja abierto para un segundo libro ya publicado.
Paul Hoffman, escritor americano conocido a nivel internacional por su serie de libros de fantasía iniciada con La mano izquierda de Dios.
Antes, Hoffman había publicado dos libros, uno sobre el colapso financiero -The Wisdom of Crocodiles (no confundir con la película del mismo nombre)- y otro sobre la censura cinematográfica, -The Golden Age of Censorship- que no han sido traducidos al español.
Antes, Hoffman había publicado dos libros, uno sobre el colapso financiero -The Wisdom of Crocodiles (no confundir con la película del mismo nombre)- y otro sobre la censura cinematográfica, -The Golden Age of Censorship- que no han sido traducidos al español.
En la primera frase de este libro se dice: “El santuario de los redentores de Peña Shotover se llama así por una cochina mentira, pues por allí redención hay poca, y santuario aún menos”.
ResponderEliminarLos redentores son fanáticos religiosos, brutales e inhumanos, que aspira a dominar al mundo violentamente para que todos alcancen “la verdadera fe”. Son lo malo entre lo malo de lo peor cuyo único objetivo es imponer su fe y quemar o pasar a cuchillo a todo aquel que se niegue a aceptarla.
Los miles de niños encerrados en este sombrío santuario son entrenados como carne de cañón para la interminable lucha que habrá de librar al mundo de herejes y pecadores. Los niños son maltratados, castigados, humillados, apaleados e incluso asesinados con el sólo propósito de convertirlos en animales insensibles, en máquinas que sólo saben matar, y muy bien por cierto.
La acción se desarrolla en un medievo imaginario y desde la primera página el libro engancha con una ambientación tan bien cuidada que es imposible no imaginarse con total claridad cada uno de los oscuros pasillos de esta cárcel donde la pobreza ( sólo para los acólitos, claro, pues los hermanos redentores no pasan ningún tipo de penurias) y la despiadada disciplina ( que recuerda, un poco exageradamente, a los internados religiosos de los años 60) hacen imposible que exista la niñez. Me resulta curioso que a pesar de lo dura, oscura y cruel que resulta esta historia esté considerada como literatura juvenil, pues no deja de ser ante todo la evolución de un muchacho adolescente en un mundo repleto de peligros y traiciones.
Es imposible no encontrar cierto paralelismo entre esta religión y la católica, con sus misas sus pecados y sus autos de fe, sólo que en vez de adorar a un crucificado adoran a un ahorcado redentor y que mantienen una encarnizada guerra con los antagonistas que bien pudieran compararse con los luteranos.
Me ha parecido una lectura muy interesante y entretenida, tanto que ya estoy leyendo la segunda parte de la historia. Ya os contaré cómo siguen las desventuras del desdichado Thomas Cale.