lunes, 1 de agosto de 2011

EL ALQUIMISTA IMPACIENTE - Lorenzo Silva

El sargento Bevilaqua y la guardia Chamorro de la Guardia Civil se encuentran investigando el asesinato de un ingeniero de una central nuclear.  Lo que en principio parece un accidente debido a un exceso de drogas, alcohol y una actividad sexual un poco fuera de lo normal, termina por convertirse en una conspiración de gran magnitud en la que el muerto es el primer culpable.
Esta historia es la segunda que protagonizan estos dos guardia civiles creados por Silva.  Resulta muy refrescante que por una vez una novela policiaca no se desarrolle en un país extranjero y sus protagonistas no sean la policía de Nueva York, el FBI o la CIA, si no un par de guardias civiles, algo totalmente español.
Estos dos personajes, se nos hacen más realistas y cercanos, sus problemas diarios son los que vivimos todos en distintos frentes: falta de recursos, jefes (unas veces mejores y otras peores), las jerarquías, plazos inaplazables y las limitaciones que por desgracia tiene el ser humano para entender como y porque ocurren algunas cosas.
La corrupción y la tentación del dinero han creado unos personajes que podemos ver reflejados en los periódicos diarios, pero que en este caso no son más que parte de una historia inventada.
La narrativa de Silva es directa y rápida, es la novela policiaca sin complicaciones pero bien planteada, no deja cabos sueltos y toda la trama es creible.

Lorenzo Manuel Silva Amador nació el 7 de junio de 1966 en la  maternidad del antiguo hospital militar Gómez Ulla, ubicado en el límite entre los distritos de Latina y Carabanchel de Madrid. Ha vivido un buen trozo de su vida (entre 1971 y 1985) no demasiado lejos de allí, en Cuatro Vientos (distrito de Latina). Entre 1993 y 1994 fue vecino de la Ciudad de los Ángeles, también en Madrid (distrito de Villaverde). Durante el resto de su existencia ha tenido su domicilio en Getafe, en tres etapas: 1966-1971, 1985-1993 y desde fines de 1994 hasta la fecha. Haber regresado dos veces le sugiere que éste pueda ser su lugar en el mundo, aunque por otra parte necesita la proximidad de su Madrid natal y por eso su casa getafense dista unos diez kilómetros del parque del Retiro. Desde el otoño de 2008, no obstante lo anterior, ha encontrado otro espacio vital en Viladecans, en la periferia barcelonesa. Se ha convertido así en madrileño intermitente y foraster en tierras catalanas, con lo que va camino de cumplir su viejo sueño de ser un poco extranjero en todas partes.  Como a veces la vida no ofrece excesivas facilidades para que uno haga lo que desea, estudió Derecho en la Universidad Complutense y estuvo trabajando como abogado de una gran empresa del sector energético desde 1992 hasta 2002, tras pasar un año como auditor de cuentas y otros dos como asesor fiscal en una firma multinacional. 
 Sin embargo, su camino siempre fue otro. Desde que iniciara su dedicación a la literatura, allá por 1980, ha escrito un puñado de relatos, artículos y ensayos literarios e históricos, varios libros de poesía (llamémosla así), una obra dramática (de muy ingenua factura), un libro de viajes y veinte novelas. De todo ello, tras abandonar en plena adolescencia la poesía y el género dramático, para los que manifiestamente no le dotaron los dioses, ha publicado hasta la fecha un buen número de relatos y artículos (dispersos en revistas y periódicos diversos) y por supuesto libros.

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