La profesión de escritor vista desde la lejanía tiene un componente de romanticismo y misterio; de bohemia o de ambiente refinado y culto..., pero si nos lo planteamos friamente también es una profesión, ya que hay personas que viven gracias a sus escritos.
¿Donde termina la imagen idílica de esta profesión? y ¿donde empiezan las necesidades prosáicas y humanas?
¿Hasta que punto un escritor puede escribir lo que quiere o lo que necesita para vivir?
Supongo que un escritor con una cierta trayectoria profesional y de vez en cuando o a partir de un cierto punto de su carrera, se podrá permitir salir de "lo que vende" (en el caso de que no escriba lo que realmente quiere) y escribir las palabras que realmente siente y que le llevaron a escoger esta profesión entre otras mucho más ordinarias.
El escritor que desde siempre ha escrito lo que le gusta sin tener que pensar en su agente, su editor, etc se sentirá como un afortunado por que no sólo se puede dedicar a lo que le gusta si no que además le pagan por ello. ¡Qué más se puede pedir!
En las novelas es fácil encontrar a escritores (protagonistas de la historia que estamos leyendo), que tienen contratados un número de libros que tienen que escribir para sus editoriales, y cuyos agentes los empujan a publicar una nueva obra cada cierto tiempo. No se si esta idea que se repite muchas veces es simple ficción, si es la forma de trabajar por las editoriales en ciertos paises o si realmente en general el mundo editorial funciona así con sus escritores de best seller.
Se que al menos los antiguos autores de teatro en España tenían este tipo de compromiso, así que esta claro que en este caso el escribir sin duda era principalmente para comer. Claro que hablo de años de muchos padecimientos económicos, no si se peores que los que estamos pasando ahora o mejores, pero desde luego años en que las personas no tenían más remedio que espabilarse y exprimir al máximo a sus musas para poder ofrecer algo nuevo cada poco tiempo y comer, manía diaria y necesaria.
En cualquier caso y visto desde mi perspectiva, saber escribir y poder vivir de tus escritos tienen que producir una sensación muy satisfactoria. Las necesidades vulgares y humanas tienen una importancia secundaria en comparación, y además ... siempre te queda la posibilidad de seguir escribiendo lo que te gusta aunque sólo sea para tu propio solaz.
Se que al menos los antiguos autores de teatro en España tenían este tipo de compromiso, así que esta claro que en este caso el escribir sin duda era principalmente para comer. Claro que hablo de años de muchos padecimientos económicos, no si se peores que los que estamos pasando ahora o mejores, pero desde luego años en que las personas no tenían más remedio que espabilarse y exprimir al máximo a sus musas para poder ofrecer algo nuevo cada poco tiempo y comer, manía diaria y necesaria.
En cualquier caso y visto desde mi perspectiva, saber escribir y poder vivir de tus escritos tienen que producir una sensación muy satisfactoria. Las necesidades vulgares y humanas tienen una importancia secundaria en comparación, y además ... siempre te queda la posibilidad de seguir escribiendo lo que te gusta aunque sólo sea para tu propio solaz.
Esa manía de comer todos los días..., y pagar la hipoteca o el alquiler, los zapatos de los niños, la luz y el gas..., en fin, que si no eres "rico de familia" y hasta que no vendes como Pérez Reverte tienes que buscarte las habichuelas. Lo más normal es el profesor de Lengua, Historia, Filosofía que por las tardes dedica su tiempo libre a su obra. Hay que darse cuenta, toda la santa mañana aguantando adolescentes con las hormonas a niveles máximos, cuando llegas a casa combate la modorra y ponte a escribir en el rato que queda después de preparar la clase de mañana o de corregir exámenes, si eres mujer, seguramente tendrás que poner de comer al personal, recoger la cocina, etc., y cuando estés más inspirada y concentrada en lo tuyo, levántate para preparar la cena y la comida del día siguiente, vamos un esfuerzo titánico. También está el periodista que escribe, como el mencionado Pérez Reverte y personas en otras profesiones con inquietudes literarias. Algunas de estas personas consiguen "liberarse" y dedicarse sólo a escribir, entonces llegarán las presiones de las editoriales para que saquen libros en determinadas fechas, el miedo a las críticas desfavorables, la incertidumbre de las ventas, etc. Como todas las profesiones "artísticas" un sin vivir, pero si de verdad disfrutas con el hecho de la creación literaria, los inconvenientes se superan y la satisfacción de sacar tu trabajo a la luz y si ese trabajo es apreciado por los lectores que compran tu libro, creo que todo lo sufrido se da por bien empleado.
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